Autor: Carlos Trias Pintó, Consejero del Comité Económico y Social Europeo.
Panel 4 “Aplicación de los nuevos modelos económicos al ámbito local. El respaldo institucional de la sociedad civil organizada de la Unión Europea”.
Después de varias décadas a vueltas con el concepto de sostenibilidad y, a éste aparejado, el ejercicio de una responsabilidad social difusa basada en la aplicación voluntaria de una heterogénea batería de baremos e indicadores (no necesariamente adecuados ni reflejo de la imagen fiel de la acción empresarial), los 17 ODS de Naciones Unidas -y ulteriores avances en la definición de las métricas para las denominadas Nuevas Economías- allanan la transición hacia modelos económicos realmente sostenibles.
El Comité Económico y Social Europeo, por encargo del Sr. Timmermans, Vicepresidente primero de la Comisión Europea, ha realizado una primera aproximación conceptual a estos nuevos modelos de negocio que en su ADN incorporan -junto al desempeño económico-, las premisas de sostenibilidad social, medioambiental y de gobierno corporativo. Todo ello, con vocación de largo plazo, ni oportunistas en el territorio ni especulativos con las finanzas.
En el perímetro de los modelos emergentes sostenibles (economía circular, economía de la funcionalidad, economía del bien común, economía colaborativa, etc.) ni están todos los que son ni -con toda probabilidad- son todos los que están, ya que observaremos algunas fallas, por ejemplo, en algunos modelos de economía circular “de la cuna a la cuna”, que bien podrían no respetar la dignidad laboral de los trabajadores asociados a las cadenas de valor del producto (en algunos casos muy opacas, de difícil trazabilidad).
Eso nos conduce a apostar por planteamientos holísticos, que aborden todos los vectores de la sostenibilidad y lleven aparejados indicadores de impacto estandarizados de obligado cumplimiento. A su vez, parece de toda lógica que la verificación de la medición de las diversas huellas debiera realizarse por organismos independientes (libres de cualquier conflicto de interés) antes que por las grandes consultoras que tradicionalmente han auditado las cuentas de las empresas.
El dictamen del CESE explora los modelos económicos innovadores que aúnan los conceptos de prosperidad económica, protección social de calidad y sostenibilidad medioambiental, y apunta una serie de recomendaciones para profundizar en el conocimiento, caracterización e impulso de los mismos (a las cuales añadimos las “pasarelas” a los entornos locales):
- Apoyar la Investigación y la Innovación Responsable (RRI, por sus siglas en inglés, concepto también emergente incorporado a la estrategia de investigación Horizonte 2020), crucial para contar con los intereses de la sociedad al estudiar los escenarios a medio y largo plazo, que permitan proyectar mejor los impactos asociados a los nuevos modelos y los posibles obstáculos para su asentamiento y desarrollo. Indudablemente, el IX Programa Marco de la Comisión Europea, debería apostar en mayor grado por estas nuevas metodologías, que van a asociar otros indicadores en la construcción de una taxonomía socialmente responsable.
- Educar, formar e informar a las partes interesadas sobre los nuevos modelos económicos sostenibles, y el papel que desempeña la financiación sostenible. En ese sentido, Los actores locales pueden desarrollar modelos de triple hélice para desplegar estrategias conjuntas.
- Desarrollar un marco político, fiscal y reglamentario para apoyar el despliegue de estos nuevos modelos, y en particular, potenciar el consumo y la producción sostenibles mediante una mayor transparencia y toma en consideración de las repercusiones sociales y medioambientales. Las corporaciones locales pueden asociar ventajas fiscales de acuerdo al desempeño social y medioambiental de las iniciativas, avanzar en las estrategias de km.0 y consolidar circuitos cortos de comercialización que expulsen las intermediaciones vacuas, ampliar el alcance de la compra pública local y responsable, etc.
- Favorecer el ensayo de nuevos modelos a través de un fondo de financiación de la innovación dedicado a modelos sostenibles, y abierto a las asociaciones público-privadas: Poner en marcha proyectos piloto (en los territorios, con procesos bottom-up que incorporen a todas las partes interesadas) y que permitan crear valor compartido e integrar las redes de la nueva economía.
- Y por último… garantizar en el seno de la Unión Europea una mayor coordinación de esfuerzos: creación a tal efecto de una estructura permanente para la “Nueva Economía Sostenible”, que pueda monitorizar su evolución y generar sinergias entre los diversos modelos. El CESE, en tanto que correa de transmisión entre la sociedad civil organizada y las instituciones de la Unión Europea, aspira a ser catalizador de este dispositivo.