Autor: Jordi García Brustenga – Experto en ecosistemas innovadores. Barcelona Instituto de Emprendimiento
Estamos asistiendo a una nueva generación de políticas locales de desarrollo local basadas en el impulso de la innovación y de ecosistemas de innovación. Ecosistemas arraigados en lo local pero a la vez especializados y enfocados a la competitividad global. En el reciente congreso de REDEL (Madrid, 26 y 27 de octubre de 2017) pude explicarlo, desde mi experiencia como consultor y muy especialmente a través de mis trabajos de investigación realizados en Catalunya acerca del programa PECT (Proyectos de Especialización y Competitividad Territorial), impulsado por parte de la Generalitat de Catalunya con fondos FEDER y bajo la estrategia europea de especialización inteligente (RIS3).
Las regiones de la Unión Europea han diseñado con éxito la estrategia de especialización inteligente a nivel estratégico. Cada una ha investigado, discutido y finalmente determinado, con los agentes sociales y económicos principales, sus ámbitos de especialización, basados en sus fortalezas y potencialidades. Llegados a este punto, hay muchas dudas, sin embargo, de cómo implementar esta estrategia en la práctica.
Una vía de solución parece ser, por ejemplo en el caso catalán, involucrar a los gobiernos locales en la implementación de esta nueva política, teniendo en cuenta la proximidad de lo local a los actores y personas clave del desarrollo territorial y por su predisposición a escoger sus ámbitos de especialización. A diferencia de las regiones, que han acabado determinando más de 5, 6 o 7 especializaciones y más sectores que ámbitos de oportunidad, los gobiernos locales se han atrevido, en su mayoría, a determinar uno o unos pocos ámbitos de oportunidad (que no sectores). Por ejemplo, la ciudad de Lleida escogió la transformación digital de la actividad agroalimentaria, la provincia de Tarragona optó por la experiencia de turismo familiar y la comarca del Baix Llobregat, la de la innovación en el tratamiento de la salud mental, entre otras.
El siguiente aprendizaje es que este empoderamiento de lo local no supone en absoluto una delegación total de la política de impulso de la innovación por parte del gobierno regional. Es un trabajo multinivel realizado necesariamente con espíritu de equipo, complementario y que requiere confianza entre ambos niveles administrativos. Es verdad que el nivel local consigue movilizar mejor a los actores y hacer de sus activos y características distintivas buenos multiplicadores de desarrollo. Pero también lo es que lo regional (o nacional, en estados de tamaño reducido) gestiona mucho mejor el aseguramiento de la calidad en la gestión, la evaluación, el seguimiento y la determinación de criterios en los proyectos. Además, es el nivel adecuado para coordinar una red de aprendizaje entre estos proyectos locales y para formar a sus equipos técnicos y políticos. Finalmente, ambos niveles deberán compartir algunas funciones, como la de conectar su ecosistema local con otras regiones y localidades exteriores.
Finalmente, como resultado de mi investigación, se identifican cuatro retos clave de aprendizaje para los gobiernos locales. Se trata de avanzar en el consenso y maduración de los conceptos innovación, territorialización, especialización y colaboración. A continuación los planteo como preguntas:
¿Qué significa incorporar la innovación al DEL?
Se debería superar el planteamiento clásico de la función lineal I+D+i, que entiende la innovación como el resultado final de una inversión en ciencia, que se desarrolla como nueva tecnología y acaba generando nuevos productos y servicios. La innovación ahora se va entendiendo más como una cultura transversal y compartida a impulsar de manera integral en un territorio. Es por ello que propongo la metáfora del territorio-embudo. Un gobierno local debe asegurar que en su ecosistema-territorio existan las 3 funciones del embudo: entrada – observatorio (de tendencias, tecnologías, conocimientos y oportunidades), filtro – laboratorio (testeo de ideas, productos y servicios en vivo. El territorio como campo de pruebas) y salida – mercado (comercialización de productos y del posicionamiento especializado del territorio).
¿Qué significa especializar el territorio?
El territorio debe ofrecer y comunicar adecuadamente una especialización suficiente como para atraer inversiones, talento, proyectos empresariales y visitantes. Para ello no vale determinar un sector, sino que se debe señalar un ámbito de actividad y/o conocimiento que represente una oportunidad de negocio y ocupación y, a la vez, de transformación, vía innovación, de uno o varios sectores maduros del territorio. Es por ello que propongo la metáfora del nido. Un gobierno local debe asegurar que su territorio es el mejor nido para un tipo de aves, pues la competencia entre nidos es altísima. No tiene sentido ofrecer un nido para todas ya que otros nidos especializados serán siempre más deseados que uno generalista.
¿Qué significa colaborar en un ecosistema innovador en el territorio?
Un ecosistema se compone de una serie de componentes y de la interrelación entre ellos. No cualquier ecosistema, por tanto, es productivo, justo y sostenible. El gobierno local debe asegurar que el tipo de ecosistema innovador que se desarrolla en su territorio es abierto, sostenible y que incorpora el interés y el beneficio del máximo de personas. Y una vez asegurado todo esto, su función será la de cuidarlo y alimentarlo de manera continuada, para que no se desequilibre.
¿Qué significa territorializar el descubrimiento emprendedor?
El descubrimiento emprendedor, metodología sugerida por la Comisión Europea para determinar con éxito los ámbitos de especialización, aumenta su impacto si la planteamos a nivel local. Los gobiernos locales pueden y acostumbran a utilizar mejor cada característica diferencial de su territorio, sea un activo (un puerto, un buen hospital, un paisaje o una tradición) o, sobretodo, una necesidad de su gente o su medioambiente. Para explicar esta facilidad local de conectar activos, necesidades y retos locales con oportunidades de innovación y transformación de la actividad productiva (y viceversa), sugiero la metáfora de la palanca. El emprendimiento local tiene mucho más potencial si se basa en solucionar un reto de su entorno social y territorial. Y al revés, los retos locales pueden ser resueltos mejor y más eficientemente si se orienta el crecimiento económico y la innovación hacia ellos. Esto es lo que Mariana Mazzucato llama políticas de innovación orientadas a misiones.