Según el GEM 2014 (Global Entrepreneurship Monitor) “la persona que emprende en la CAPV es un varón de rango de edad entre 35 y 54 años que posee estudios de nivel superior y un nivel de renta relativamente alto”.
Así pues, la primera pregunta que se nos viene a la cabeza es, ¿qué papel puede jugar la Formación Profesional, tan orientada hacia el trabajo por cuenta ajena, en el emprendimiento vasco?.
La respuesta es triple: Emprendimiento Innovador[1], Urratsbat[2] e Ikasenpresa[3], tres programas coordinados por Tknika[4] que abordan el emprendimiento desde distintos puntos de vista en sus diferentes fases, momentos y magnitudes.
El primero, Emprendimiento Innovador, está dirigido a nuevas empresas industriales y/o innovadoras. A través de este programa, Tknika quiere dar salida a aquellas iniciativas empresariales que requieran de asistencia técnica o financiera más allá de la que pueden obtener en los centros de Formación Profesional, valiéndose de su conocimiento del ecosistema de la formación profesional, pero también del ecosistema del emprendimiento en Euskadi, en el que sin duda tienen un papel destacado la agencias de desarrollo.
El segundo de los programas, Urratsbat, proporciona dentro de los centros de Formación Profesional todas las herramientas necesarias para la puesta en marcha de un negocio, incluido un vivero de empresas en las instalaciones del centro y la asesoría de un dinamizador o dinamizadora, así como la ayuda en ocasiones también de las agencias de desarrollo donde están ubicados esos centros.
Por último en esta clasificación, pero el primer lugar cronológicamente hablando Ikasenpresa. Un programa que si bien no persigue la puesta en marcha de empresas reales, incide de manera muy importante en los y las estudiantes y por ende los emprendedores y emprendedoras del futuro.
Porque, y he aquí una de las cuestiones claves de la influencia de la educación en general y la Formación Profesional en particular, emprender, no es exclusivamente darse de alta en el Registro Mercantil, emprender, sobre todo cuando nos dirigimos a estudiantes es mucho más que eso.
Y más vale que así lo sea, porque el mismo informe GEM al que hacía referencia previamente, señala que Euskadi ocupa la tercera posición por la cola en España en relación al porcentaje de emprendedores en fase inicial, solo por detrás de Melilla y Asturias.
Así pues, si no queremos que Euskadi se quede a la cola del Estado en lo que a emprendimiento se refiere, habrá que complementar el sistema de ayudas públicas y privadas a la puesta en marcha de nuevas iniciativas empresariales, con la educación en cultura emprendedora desde los institutos, y ahí, la Formación Profesional con sus módulos de EIE (Empresa e Iniciativa Emprendedora) y sobre todo Ikasenpresa, tiene mucho que decir.
No estamos hablando solo de planes de negocio, modelo financieros, figuras mercantiles, fiscalidad, que también, sino de fomentar en el alumnado la cultura del esfuerzo, el trabajo en equipo, la creatividad, la superación y todas aquellas características propias de una persona emprendedora, que, acabe por poner un negocio o no lo haga, le serán de gran utilidad a lo largo de su vida profesional, y por qué no decirlo, también personal. Valores todos ellos que se fomentan, impulsan y se trabajan en Ikasenpresa, en el que la Formación Profesional vasca tiene gran experiencia y que será determinante en el perfil emprendedor del futuro.
Mikel Arana — Dinamizador de Emprendimiento Innovador
[1] http://www.tknika.eus/liferay/ekintzailetza-berritzailea-ekimena
[2] http://ekingune.tknika.net/web/guest/urratsbat
[3] http://ekingune.tknika.net/web/guest/ikasenpresa
[4] http://www.tknika.eus/liferay/es/web/public/home